Marruecos y París : Los destinos turísticos más hostiles según viajeros internacionales

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Marruecos y París : Los destinos turísticos más hostiles según viajeros internacionales

Según la opinión de los turistas recogida por Booking, Condé Nast Traveler o InterNations, Marruecos es uno de los países menos hospitalarios del mundo.

Los visitantes señalan en particular el trato que se les reserva en regiones como Marrakech o Fez, donde son acosados para dar propinas o asaltados por vendedores ambulantes, o incluso víctimas de estafas y robos. El viajero también puede tener desagradables sorpresas si no conoce las costumbres y tradiciones del reino. El acoso a las mujeres en este país también es mal visto por los turistas, que a veces viven dolorosas experiencias de viaje en Marruecos. Aparte de estos puntos, los marroquíes son en general muy acogedores, señalan.

El mismo reproche se hace a los egipcios, especialmente a los residentes en El Cairo.

Los turistas consideran que París, la capital francesa, también es menos acogedora debido a la barrera del idioma para los visitantes que sólo hablan inglés o español, y a la frialdad e impaciencia de los parisinos hacia los turistas, que también señalan la pesada burocracia. La hospitalidad también varía en Estados Unidos. En las grandes ciudades como Nueva York o Los Ángeles, se presta poca atención a los turistas. En cambio, la hospitalidad se siente en los estados del sur, como Tennessee o Georgia, donde la gente es más abierta y sincera. En las grandes ciudades de China, los turistas se enfrentan a un choque cultural y a la barrera del idioma. La hospitalidad es real, pero se expresa de manera diferente, lo que genera cierta incomodidad en los visitantes.

Entre los países más acogedores se encuentran Tailandia y Colombia, donde la cortesía y la alegría son contagiosas ; Portugal, especialmente Lisboa, Oporto y el Algarve, donde los visitantes se sienten como en casa ; o Japón, donde el visitante es atendido con amabilidad, cortesía y atención. Los turistas también aprecian la hospitalidad de los irlandeses y los italianos, con su particular calidez humana.