Escándalo fiscal en Marruecos : Profesionales liberales bajo la lupa por evasión de impuestos

Los inspectores de la Dirección General de Impuestos (DGI) han observado importantes diferencias entre los ingresos declarados y el nivel de vida real de ciertas personas que ejercen una profesión liberal, en particular médicos, despachos de ingeniería y abogados. En sus investigaciones, los inspectores fiscales han constatado que los interesados han registrado bienes muebles e inmuebles a su nombre y otros a nombre de sus familiares o hijos, informa Assabah.

Los inspectores fiscales han descubierto que uno de los hijos de las personas implicadas tiene una cuenta bancaria a su nombre con un saldo de más de 20 millones de dírhams, y que dicha cuenta se alimenta regularmente por su padre a través de su cuenta profesional. Para justificar estas transferencias, el padre declaró que su hijo, aún estudiante, sería su empleado. Otra persona posee una villa lujosa de un valor de más de 15 millones de dírhams, mientras que según sus declaraciones fiscales gana un ingreso mensual de 10.000 dírhams como máximo.

Los inspectores también han examinado minuciosamente las cuentas bancarias de varias personas que ejercen una profesión liberal, lo que ha permitido revelar que algunos de ellos gastaban 800.000 dírhams en vacaciones en el extranjero, un lujo que normalmente no pueden permitirse según los ingresos declarados. Observando estas importantes diferencias entre los ingresos declarados y el costoso nivel de vida de las personas implicadas, la administración fiscal les ha exigido que justifiquen sus verdaderas fuentes de ingresos.

Gracias a la colaboración establecida con instituciones asociadas como la Agencia Nacional de Conservación Territorial, la Oficina de Cambios o las instituciones bancarias, la DGI puede obtener datos precisos sobre el volumen de negocios de los contribuyentes y verificar la fiabilidad de los ingresos declarados. Según fuentes, el 60% de los trabajadores que ejercen una profesión liberal declaran ingresos anuales de 10.000 dírhams como máximo, mientras que los asalariados, cuyos impuestos sobre la renta son retenidos en la fuente por sus empleadores, pueden pagar hasta 82.000 dírhams. La DGI intensifica sus esfuerzos para luchar contra estas evasiones fiscales.