"Algeciras : El paraíso del narco que desafía a las autoridades"

Sylvanus
"Algeciras : El paraíso del narco que desafía a las autoridades"

Los narcotraficantes han convertido a la bahía española de Algeciras en la puerta de entrada del hachís marroquí en Europa. Y el "negocio" no está a punto de disminuir.

Lisardo Capote, jefe del servicio de vigilancia aduanera de la región, ve muy a menudo a los narcotraficantes transportar por la mañana temprano hachís producido en Marruecos a Europa a través de la bahía española de Algeciras. Una lancha rápida descarga allí cientos de kilos de droga. "Hay como un cordón de seguridad asegurado por adolescentes con un teléfono móvil en caso de problemas. Luego, hay un grupo de personas que llamamos los ’collas’ que descargan la embarcación y ponen su carga en vehículos. Por lo general, son vehículos todoterreno que permiten transportar grandes cantidades de mercancía a un lugar protegido", cuenta a RFI.

Esta operación es moneda corriente. Quienes la organizan escapan la mayor parte del tiempo a los aduaneros, a la policía nacional y a la Guardia Civil. Con lanchas semirrígidas fuera de borda equipadas con al menos tres motores de 300 caballos de fuerza cada uno que les permiten alcanzar velocidades de hasta 120 kilómetros por hora, los narcotraficantes se burlan de los policías cuyos barcos tienen una velocidad inferior a la de las lanchas rápidas. "Nuestros medios son totalmente insuficientes. Se necesita una capacidad mucho mayor para poder actuar, más recursos humanos y materiales", confirma Luis Baltar, miembro de un sindicato de aduaneros.

En consecuencia, los policías tienen dificultades para enfrentar a estos narcotraficantes que están bien organizados, pero también son poderosos. Según un experto, se trata del equivalente a una carrera de Fórmula 1 en alta mar. En febrero de 2024, dos guardias civiles murieron aplastados por la lancha rápida de los traficantes. El mes pasado, otro resultó gravemente herido. Este "negocio" que florece no está exento de consecuencias para la sociedad. Los narcotraficantes reclutan, de hecho, a jóvenes desfavorecidos que viven en la pobreza.

"El peor estragos que provoca la droga es el deterioro social que crea en ciertos barrios. No por el consumo de droga, sino por el modo de vida. El tráfico de drogas se alimenta del desempleo, la pobreza, la exclusión social y la falta de oportunidades. Por lo tanto, capta fácilmente a jóvenes que, con su baja formación, están excluidos del mercado laboral", confiesa Francisco Mena, presidente de Coordinadora Alternativas, un colectivo que lucha contra los estragos del hachís.