Odisea en el Mediterráneo : Joven egipcio nada 40 horas hacia Europa

Sylvanus
Odisea en el Mediterráneo : Joven egipcio nada 40 horas hacia Europa

Desde la costa de Fnideq, en Marruecos, Rafie Nadi, un joven egipcio de 23 años, se embarcó en un peligroso viaje para llegar a Europa nadando, acompañado de un amigo. Durante más de 40 horas, flotó en el Mediterráneo, sostenido solo por un flotador y aletas, y estuvo a punto de morir.

La aventura comienza en 2020. Rafie Nadi deja su ciudad natal de Minya, en la orilla oeste del Nilo (Egipto), abandona su sueño de estudiar medicina para encontrar un trabajo en Europa, que le permitiría mantener a sus padres y a sus ocho hermanos y hermanas pequeños. Llega a Marruecos. Un día, decide dejar la costa de Fnideq (Marruecos) para llegar a Europa nadando y volver a ver a su madre. A mediados de julio de 2025, embarca a un amigo de 17 años en este peligroso viaje. Juntos, debían nadar hasta el enclave español de Ceuta. Después de cuatro intentos infructuosos de cruzar la valla fronteriza de Ceuta, Nadi y su amigo habían ideado un plan alternativo, recaudando fondos para comprar trajes, flotadores hinchables y aletas. Según ellos, era la mejor opción, ya que ninguno de ellos tenía 3.000 o 4.000 € para entregárselos a los traficantes para el cruce a Europa.

Después de semanas de entrenamiento, horas seguidas en el mar, Nadi y su amigo escapan de la vigilancia de los soldados presentes en la playa, se lanzan al agua y comienzan a nadar. Pero las cosas no salen como se esperaba. Mientras que las previsiones anunciaban un mar tranquilo, las olas eran altas, empujándolos y arrastrándolos más profundamente en el Mediterráneo. El mar separa a los dos amigos. Nadi expresó inicialmente miedo antes de comenzar a escrutar el horizonte, sin ver más que kilómetros de agua y ninguna tierra a la vista. Se dejó llevar por las corrientes, ahorrando energía para poder agitar frenéticamente los brazos frente a cualquier barco que se cruzara. Perdido y agotado después de dos noches y otro día entero en el mar, divisó un barco que se dirigía hacia él.

Después de más de 40 horas en el Mediterráneo, sostenido solo por un flotador y aletas, una familia salva in extremis la vida de Nadi. "Empecé a agitar los brazos. [...] Empecé a nadar hacia ellos, me lanzaron una cuerda y la agarré. Me izaron, me dieron comida, agua y ropa", cuenta al Guardian. Los que estaban a bordo del yate lo habían encontrado a unos 25 km al sur de la ciudad española de Benalmádena, en la Costa del Sol. Habría derivado más de 100 km desde su punto de partida. En ese momento, Nadi ya no estaba seguro de poder seguir nadando mucho más. "Si no hubiera sido por ese barco, no sé si habría podido seguir nadando", dijo con voz emocionada. "Estoy tan agradecido a la familia que me salvó".

La familia fue alcanzada en el mar por un barco de los servicios de rescate marítimo. Entregaron a Nadi a la policía y a la Cruz Roja. Poco después, los miembros de la Cruz Roja le informaron de que también habían encontrado a su amigo, sano y salvo, frente a la costa cerca de Málaga. Nadi y su amigo finalmente llegaron a España. Evoca los sentimientos que lo animaban en el mar. "Tenía miedo de morir en el mar. Esperaba que Dios me salvara o que encontrara un barco lo suficientemente cerca para que me rescatara", cuenta Nadi. "Pensaba en mi madre, a la que no había visto desde hace cinco años, y en el hecho de que quería verla antes de morir. Le rogué a Dios que no me dejara morir para que mi madre no sufriera. Mi familia sabía que había intentado cruzar el muro, pero no les había hablado de mi proyecto de nadar".

Después de dos semanas en un campamento gestionado por la Cruz Roja, el joven egipcio fue puesto en libertad debido a la ausencia de un acuerdo de repatriación entre España y Egipto. En virtud del derecho internacional, tiene derecho a solicitar asilo, un procedimiento que puede durar años en España. Comienza una nueva vida en la península ibérica, pero es difícil abrirse camino. "Pensaba que empezaría a trabajar nada más llegar a España, pero la realidad es diferente. Me di cuenta de que esta situación en Europa no valía todos estos sufrimientos. Si tienes papeles, sí, pero sin papeles, es muy difícil", se lamenta Nadi. "No sé cuándo tendré papeles, pero quiero buscar un trabajo, cualquiera".