Acoso y propuestas de matrimonio : el infierno de una influencer rubia en Marruecos

Un viaje que quedará como un mal recuerdo en la memoria de Karolina Wachowicz, de 35 años, originaria de Polonia. "Como mujer europea rubia y soltera, no se le considera una simple viajera, se convierte en un espectáculo. Cada mirada, cada comentario, cada oferta de ayuda están cargados de un significado que nunca has solicitado", declaró a What’s The Jam. Asegura haber sido víctima de un acoso "aterrador" durante sus vacaciones en Marruecos. La influencer confiesa haber tenido la sensación de llevar un "letrero luminoso" mientras recorría las calles durante su visita a Marruecos.

En Marrakech, el asedio es intenso y constante. Pero la atención se volvió aún más intensa cuando salía de la ciudad para ir a pequeños pueblos y aldeas rurales. "La atención a veces es sofocante. Gestos sencillos, como sentarse en un café o hacer las compras, se convierten en eventos. No podía cruzar la calle sin que al menos una persona me pidiera una foto o dinero. Las propuestas de matrimonio también eran muy comunes", cuenta la turista. Agrega : "Aquí, cualquier piel visible o cabello descubierto se percibe como una declaración, incluso si crees que estás vestido con recato. De repente, te das cuenta de que incluso un vestido de verano ligero y los hombros descubiertos pueden convertirte en el centro de atención para solicitudes, propuestas o preguntas incesantes".

Según la treintañera, los hombres a menudo insisten en el nombre, los proyectos y el estado civil de la turista. A veces, un simple "Tengo novio" es la única respuesta que realmente los detiene, continúa. A diferencia de los hombres, las mujeres reciben con miradas frías. "En lugar de sentir solidaridad, fui recibida con miradas frías y críticas. Sus miradas podían atravesarme, especialmente si llevaba una vestimenta un poco menos recatada que sus estándares". Cuenta que una falda por encima de los tobillos o los brazos descubiertos eran suficientes para que algunos la miraran con dureza o sacudieran la cabeza en señal de desaprobación. "Una vez, una mujer incluso levantó la voz y me reprendió en árabe. No entendí sus palabras, pero su tono decía mucho".

Sin embargo, Karolina no pinta un cuadro completamente sombrío de su viaje a Marrakech. Cree que es posible disfrutar de Marruecos si se conocen las reglas, "si entiendes cuán diferentes son los códigos sociales". Y agrega : El reino "puede desafiarte y agotarte, pero también te enseñará resiliencia, flexibilidad y la importancia de la benevolencia intercultural, si estás dispuesto a mirar más allá de las apariencias a veces exasperantes. La clave para sobrevivir radica en una mezcla de resistencia, improvisación, humor, paciencia y sensibilidad cultural".