Turismo en Marruecos : La polémica brecha entre el trato a extranjeros y locales

Las quejas de algunos ciudadanos marroquíes sobre la preferencia otorgada a los turistas extranjeros en comparación con los clientes locales en los establecimientos turísticos a veces pueden reflejar casos aislados, pero siguen siendo un indicador de un mal funcionamiento en la gestión de la relación con los marroquíes, analiza Zoubir Bouhout, experto en el sector turístico para Hespress. Según él, las quejas pueden reflejar problemas más profundos relacionados con el modelo económico actual, así como con la debilidad de la oferta turística destinada al mercado nacional en comparación con el aumento de la demanda. Considera que el sentimiento de discriminación puede ser el resultado de factores económicos y estructurales que afectan la naturaleza de los servicios ofrecidos, y no necesariamente de una voluntad de exclusión.

Bouhout cita en particular la diferencia de precios entre lo que se ofrece al turista extranjero y lo que se ofrece al turista marroquí. Para respaldar su argumento, explica que "el turista extranjero a menudo viene a través de agencias de viajes internacionales que negocian tarifas de grupo con los hoteles y reservan miles de pernoctaciones turísticas al año, lo que les da la posibilidad de imponer precios preferenciales". Agrega que, por el contrario, "el turista marroquí a menudo confía en una reserva individual y de última hora, lo que lo lleva a soportar un costo más alto que puede parecer a primera vista una forma de discriminación". También quiso recordar que "los establecimientos hoteleros están acostumbrados, a lo largo del año, a tratar con clientes extranjeros de diferentes nacionalidades, lo que consolida en ellos un cierto modelo de servicio, especialmente porque estos clientes vienen con una cultura de consumo diferente y un mayor poder adquisitivo".

Además, "el empleado que observa que el turista extranjero gasta más y da generosamente propinas puede preferir atenderlo en detrimento del cliente marroquí, que a veces se siente subestimado", continuó el experto del sector turístico, insistiendo en "la importancia de desarrollar y valorizar el turismo interno". Llama a los actores del sector a implementar una nueva visión para tratar al turista marroquí, basada en la reserva anticipada, la planificación previa y la puesta a disposición de ofertas adaptadas. Su deseo es que el ciudadano marroquí sea considerado como un cliente permanente y esencial, y no como una solución en tiempos de crisis, como fue el caso durante la pandemia de Covid-19.

Abdelilah Oufares, gerente de una unidad hotelera en Marrakech, confirma : "la discriminación en los servicios turísticos existe efectivamente en algunos casos, y está relacionada con concepciones antiguas que quizás hoy en día estén superadas después de la apuesta oficial del Estado por el turismo interno". Afortunadamente, "las verdaderas unidades profesionales no hacen distinción entre el cliente marroquí y el extranjero, porque el principio fundamental es respetar al invitado, independientemente de su nacionalidad o capacidad de compra". Para él, "lo que se requiere hoy en día es dar una buena imagen del turismo marroquí, tanto dentro como fuera, para consolidar una cultura de buena acogida y buen comportamiento, especialmente ahora que el turismo interno se ha convertido en un pilar esencial".

Oufares explica además que estas prácticas que algunos siguen ejerciendo perjudican al sector, y que es urgente ponerles fin, para preservar la credibilidad de la oferta nacional.