Terremoto en Marruecos : La desesperada espera por ayuda en Douzrou, a 80 km de Marrakech

"Cada vez que pregunto, me dicen que va a llegar. [...] Pero tengo hijos a los que alimentar y vestir", declaró Abdallah, de 35 años, un habitante del pueblo de Douzrou, situado a unos 80 kilómetros de la ciudad de Marrakech. Mientras que los sobrevivientes del terremoto en este pueblo - 150 familias - han recibido una asignación mensual de 2.500 dirhams (249 dólares), es decir, 20.000 dirhams del gobierno para la reconstrucción, los demás aún esperan recibir la ayuda.

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Aproximadamente 60.000 casas fueron completamente destruidas por el violento terremoto que ocurrió en la noche del 8 al 9 de septiembre en la provincia de Al-Haouz, al sur de Marrakech. Este terremoto dejó 2.946 muertos y 5.674 heridos, según el último balance oficial del Ministerio del Interior marroquí. A finales de enero, el gobierno marroquí informó que aproximadamente 57.600 familias habían recibido la asignación mensual y que más de 44.000 hogares habían obtenido ayuda para la reconstrucción. El gobierno "se ha propuesto como desafío responder a las expectativas de la población local con rapidez y eficacia", aseguró el jefe de gobierno, Aziz Akhannouch.

Desde enero, los damnificados originarios de las regiones situadas al sur de Marrakech, en la provincia de Taroudant y en la ciudad de Talat N’yacoub, organizan marchas para protestar por los retrasos en los pagos y la ayuda a la reconstrucción durante las difíciles condiciones invernales. El mes pasado, la cuestión llegó al Parlamento. Los esfuerzos de reconstrucción "siguen sumidos en la oscuridad y la improvisación", declaró la diputada Fatima Tamni, quien instó al ministro del Interior, Abdelouafi Laftit, a actuar. Para explicarse, el gobierno marroquí declaró que algunas solicitudes habían sido rechazadas porque los residentes no vivían en las zonas afectadas en el momento del terremoto o porque sus casas seguían siendo habitables.

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Los sobrevivientes de Douzrou, sin embargo, se han beneficiado del apoyo de las ONG marroquíes y neerlandesas que les han construido barracas, protegiéndolos del frío. "Habría habido muchas más víctimas con el viento de estos últimos tiempos si no hubiéramos tenido esto", declaró Hamed, de 68 años.