Superviviente francesa relata el terror del terremoto en Marrakech : "Fue un milagro

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Superviviente francesa relata el terror del terremoto en Marrakech : "Fue un milagro

Michelle Grosbois, originaria de Pouancé (Maine-et-Loire), se encontraba en Marruecos durante el terremoto que golpeó la provincia de Al Haouz en la noche del viernes 8 de septiembre. Testimonio.

Habituada desde hace algunos años a pasar sus vacaciones en Marruecos, Michelle voló a Marrakech el 2 de septiembre. "Trabajo para la empresa Selha en Renazé (Mayenne), que tiene una sucursal en Casablanca. Así que tenía que reunirme con unos amigos allí", contó a Actu.fr. La mujer de cincuenta años iba acompañada de su amigo, que visitaba Marrakech por primera vez. La pareja reservó un Airbnb en la antigua Medina. A mediados de semana, los dos turistas decidieron ir a Casablanca y planearon volver a Marrakech el 8 de septiembre.

"Mis amigos me pidieron que me quedara un día más", cuenta Michelle. Este cambio de planes probablemente le "permitió escapar de lo peor". El horror se produjo en Marrakech este viernes 8 de septiembre, mientras ella y su amigo llegaban a su hotel en Casablanca alrededor de las 11 de la noche. "La cama y las lámparas empezaron a moverse. Teníamos la impresión de que las paredes avanzaban y retrocedían", detalla. Fue el pánico general. El hotel fue evacuado. "No había electricidad. Avanzábamos por los pasillos oscuros sin saber a dónde íbamos... Pasamos la noche fuera. Llegó una ambulancia. Pudimos volver a nuestras habitaciones a las 6 de la mañana", precisa Michelle.

En esa trágica noche, Michelle no pudo tranquilizar a sus seres queridos de que estaba a salvo. "Mis hijos estaban muy preocupados y me dieron por desaparecida ante la embajada", indica. Al día siguiente de la tragedia, ella y su amigo abordaron un autobús con destino a Marrakech, desde donde tomaron su vuelo de regreso a Francia. Pudieron constatar los daños del terremoto en la ciudad ocre. "Todo se había derrumbado. Vimos rostros ensangrentados. El lugar donde nos alojábamos había desaparecido por completo".

De vuelta en Francia, Michelle organizó una colecta de ropa para los damnificados. Tres semanas después del terremoto, empieza a darse cuenta de que la libró por poco. "Mis seres queridos me dicen que tengo una buena estrella sobre mi cabeza".