Marroquíes en el extranjero : amor por su país, pero sin planes de retorno definitivo

Said
Marroquíes en el extranjero : amor por su país, pero sin planes de retorno definitivo

Lejos de los ojos, pero no lejos del corazón. Ese podría ser el resumen de los complejos vínculos que los marroquíes del mundo mantienen con su país de origen. Una amplia encuesta del Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE) realizada en 2022 había revelado un profundo apego y una tenaz voluntad de contribuir al desarrollo de Marruecos. Sin embargo, este impulso se enfrenta a una realidad más pragmática : la idea de un regreso definitivo al país solo seduce a una minoría de ellos, debido a obstáculos bien identificados.

El informe del CESE, basado en las respuestas de más de 4.600 marroquíes residentes en el extranjero (MRE), arroja cifras claras sobre esta paradoja. Solo el 21,15% de los encuestados consideran empacar sus maletas para siempre. Una proporción mucho mayor, el 44,15%, preferiría una vida a caballo entre Marruecos y su país de residencia, mientras que el 17,25% excluye simplemente un regreso. Esta elección se explica no solo por una integración exitosa en su sociedad de acogida, sino también por una serie de obstáculos que desalientan a los más motivados.

Sin embargo, el deseo de aportar su granito de arena está muy presente. Más de la mitad de los marroquíes del mundo dicen estar dispuestos a transferir sus conocimientos (58,62%), compartir sus competencias (54,34%) o invertir financieramente (50,69%). Este compromiso también se manifiesta en un deseo de promover la imagen del reino a nivel internacional. Esta voluntad de participación activa contrasta fuertemente con la reticencia a un regreso físico, delineando los contornos de una ciudadanía que se ejerce cada vez más a distancia.

El estudio del CESE señala la principal piedra de tropiezo : la mala gobernanza. El informe es contundente y señala que "los fenómenos y actos percibidos como formas de ’corrupción’ cristalizan los reclamos de los encuestados". Casi ocho de cada diez MRE (78,32%) señalan la corrupción y el clientelismo como males insuperables. Justo detrás, la burocracia y la lentitud de los servicios públicos son citadas por el 76,98% de los encuestados como un obstáculo importante para cualquier proyecto.

A estos obstáculos se suma una falta de claridad. El déficit de visibilidad de las oportunidades de inversión (53,55%), un acceso considerado demasiado limitado a la información (50,42%) y la lentitud del sistema judicial (44,66%) completan este panorama poco atractivo, capaz de apagar las ambiciones de regreso o de una inversión más sustancial. Incluso para quienes lo consideran, el regreso a menudo está condicionado a un proyecto profesional (47,17%), a la jubilación (22,25%) o a una reagrupación familiar (16,35%).

Este sentimiento se comparte a través de las generaciones. Los jóvenes de 25 a 45 años, que forman la mayor parte de la muestra, no son una excepción. Aunque arraigados en su país de acogida, el 65,22% de ellos califica sus vínculos con Marruecos como "fuertes". Este vínculo se materializa en actos concretos : visitas a la familia (94,27%), transferencias de dinero (72,53%), inversión en proyectos asociativos (34,71%) o incluso la compra de una residencia secundaria (24,38%).

La encuesta confirma que "la mayoría de los MRE no contempla un regreso definitivo a Marruecos, pero aspira sin embargo a servir a su desarrollo, a aportar sus competencias y conocimientos". Un patriotismo económico y cultural que solo espera expresarse plenamente, pero que espera a cambio señales claras de las instituciones : una administración modernizada, una lucha eficaz contra la corrupción y una gobernanza más transparente. El apego a Marruecos no se desvanece, pero ha cambiado de rostro, llamando a nuevas formas de mantenerlo.