Inversor marroquí enfrenta demolición forzosa tras 18 años en el extranjero : "Me apuntan personalmente

Sylvanus
Inversor marroquí enfrenta demolición forzosa tras 18 años en el extranjero : "Me apuntan personalmente

Un MRE que regresó a Marruecos después de 18 años en el extranjero se encuentra en una situación delicada : recibió una advertencia que le da solo 10 días para demoler sus propiedades inmobiliarias en Azemmour, fruto de una importante inversión.

Abderrahmane El Khayyati no lo puede creer. Se ha emitido una orden de demolición en su contra con respecto a los bienes inmobiliarios que había vendido. Solo se le han dado 10 días para demoler los edificios y regularizar su situación. Según la correspondencia, estos bienes ya no están en su posesión, ya que fueron construidos y vendidos en 2024. Se indica que actualmente no mantiene ningún vínculo legal con ellos. Esto lo coloca en una posición delicada frente a los nuevos propietarios y amenaza su reputación comercial en la ciudad.

Lamenta esta situación : "Regresé a mi país para invertir y ser un modelo para el joven migrante que regresa para contribuir al desarrollo de su patria, en respuesta a los discursos reales supremos que lo fomentan". El Khayyati asegura a Al3omk que tiene todos los permisos necesarios y respeta la ley. A los ojos del inversor, la jefa del distrito administrativo n.º 1 de la ciudad de Azemmour es la responsable de los problemas que enfrenta. De hecho, la acusa de "combatirlo" y "apuntarlo personalmente". Se pregunta sobre las razones de lo que califica como "acoso constante" por parte de este funcionario.

"Partes influyentes" apoyan a este funcionario, denuncia el inversor, lanzando un llamado directo al ministro del Interior, Abdelouafi Laftit, para que intervenga y encuentre una solución a su problema. "La ley está por encima de todos, y yo respeto la ley, pero no entiendo por qué esta señora me apunta", continuó El Khayyati, señalando que la ciudad de Azemmour es "frágil y pobre" y depende esencialmente del sector de la construcción. Este tipo de prácticas administrativas obstaculiza el desarrollo y alienta la huida de los inversores en lugar de atraerlos, agregó. En caso de insatisfacción, el inversor amenaza con organizar una sentada con su familia frente a la sede de la prefectura, o con abandonar definitivamente Marruecos para buscar oportunidades de inversión en otros países como Senegal o Mauritania.