La guerra en Gaza ensombrece las festividades judías en Marruecos

"Es desagradable celebrar este año, cuando rehenes inocentes siguen cautivos y miles de palestinos son masacrados a diario en Gaza", declaró a The New Arab Adela, una judía marroquí, encontrada en Casablanca, ciudad donde se encuentra la mayoría de los 2.500 miembros de la comunidad judía en Marruecos. Los ecos de la fiesta del Mellah, el barrio judío, que antes resonaban en las sinagogas, han dado paso a un pesado silencio, interrumpido solo por sollozos y murmullos de oraciones. "Todo lo que podemos hacer es rezar ; rezar por todos nosotros", añadió. Después de la normalización de las relaciones entre Marruecos e Israel, muchos turistas israelíes solían visitar el reino para celebrar con esplendor la Pascua y la tradición judía marroquí "Mimouna". "Creo que hoy Marruecos es un lugar más seguro para celebrar la fiesta", declaraba al mismo medio un turista israelí durante su cobertura de la celebración de la Pascua en Marruecos en 2022.

Desde el espectacular y sorprendente ataque del movimiento palestino de Hamás y la sangrienta respuesta de Israel, cientos de ciudadanos y activistas se movilizan en las calles de Rabat y otras ciudades marroquíes para manifestarse por Palestina por un lado, y pedir a Marruecos que vuelva atrás en la normalización de sus relaciones diplomáticas con el Estado hebreo a cambio del reconocimiento estadounidense de la marroquinidad del Sáhara y el cierre de la oficina de enlace israelí en la capital marroquí, por otro. Antes de la celebración de la fiesta de la Pascua judía, también llamada Pésaj o Mimouna, el Consejo de Seguridad Nacional israelí (NSC) desaconsejó a finales de marzo a los israelíes viajar a Marruecos, Egipto, Turquía y Jordania. A pesar de la situación, Adela dice que se siente personalmente segura en Marruecos. Sin embargo, desaconseja a los israelíes venir a Marruecos este año. "La gente está furiosa contra Israel y considera a todos los israelíes cómplices y culpables de la muerte de los palestinos", añadió.

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Hoy en día, las familias judías marroquíes están divididas debido a la guerra entre Israel y Hamás. Los platos del Seder han dado paso a acalorados debates políticos. Algunos judíos marroquíes prefieren no participar. "Me niego a compartir una mesa con negacionistas del genocidio. No soy religioso, pero sé que nuestra religión no defiende lo que hace Israel", declaró Marvin, un joven judío marroquí. Este último se negó a celebrar las fiestas con sus padres israelíes distantes.