Estafa veraniega : Marroquíes huyen al extranjero ante precios abusivos y alojamientos precarios

Mientras había ahorrado para ofrecerle a su esposa Meryem y a sus tres hijos una semana de descanso en Martil, Mohamed ve cómo su sueño se convierte en una pesadilla. "¡1.200 dírhams por noche por esto !", exclama su esposa al descubrir el apartamento que habían reservado a través de Facebook. Un apartamento que presenta algunos defectos : paredes desconchadas, ropa de cama dudosa, cocina equipada con una placa que sólo funciona a medias... "Mis hijos tuvieron miedo de dormir en esas camas sucias", cuenta Meryem.

Al igual que esta familia, muchos veraneantes marroquíes se enfrentan a problemas similares. "El año pasado, una familia de Casablanca pagó 8.000 dírhams por una semana en un apartamento sin agua caliente. Cuando quisieron quejarse, el propietario les dijo que se fueran si no estaban contentos", afirmó a Hespress un activista por los derechos de los consumidores en Tetuán. Dice recibir decenas de quejas similares.

Ahmed, jubilado de la enseñanza, no está a punto de olvidar su última visita a la playa de Fnideq con sus nietos. "Un tipo musculoso nos pidió 50 dírhams por sentarnos en la arena. ¡La arena ! ¿Te das cuenta ?", contó. Pero el jubilado se niega a ceder y explica que la playa es pública. Entonces recibe amenazas : "Si no quieres pagar, lárgate de aquí, viejo", le dijo el hombre.

Los altos precios de los apartamentos llevan a algunos a decidir pasar las vacaciones en el extranjero. Fatima, madre de familia de Rabat, lleva a su familia a pasar dos semanas en Málaga. "¿Sabes cuánto me cuesta ? 15.000 dírhams todo incluido. El año pasado, pagué 12.000 dírhams por una semana catastrófica en Tetuán. Por 3.000 dírhams más, tengo un apartamento limpio, una playa de acceso libre y mis hijos pueden jugar tranquilamente".

Los jóvenes empiezan a dar la espalda a los destinos marroquíes. "Con mis amigas, preferimos ahorrar todo el año para ir a Turquía o Túnez. Al menos, obtenemos lo que pagamos", confiesa Sara, de 28 años, informática en Casablanca. "El verano pasado en Martil, pagamos 300 dírhams por persona y por noche en un apartamento donde nos hacían compañía las cucarachas", añade su amiga Loubna.

Afortunadamente, las autoridades ya están tomando algunas medidas, como la liberación de varias playas de sus ocupantes ilegales. "Desde que la playa volvió a ser libre, las familias están volviendo", observa Khadija, que regenta una pequeña pensión en Oued Laou. "No pedimos la luna", resume, de vuelta de sus vacaciones arruinadas. "Sólo un alojamiento limpio a un precio justo y una playa donde nuestros hijos puedan jugar libremente".