Essaouira : El nuevo paraíso fiscal y cultural para jubilados franceses en Marruecos

En un contexto en el que casi 1,2 millones de jubilados franceses residen en el extranjero, la ciudad de Essaouira, en la costa atlántica marroquí, emerge como un destino de elección. Atrae a una población creciente de personas mayores en busca de un entorno que combine un clima favorable, seguridad y ventajas financieras, posicionándose como una alternativa a otros polos más conocidos como Marrakech.

Entre los principales factores de atracción se encuentran las condiciones financieras particularmente favorables. Marruecos ofrece un régimen fiscal que permite a los jubilados extranjeros beneficiarse de una reducción de impuestos de hasta el 80% sobre el monto de su pensión. El requisito es transferir estos ingresos a una cuenta bancaria marroquí. Esta ventaja, combinada con un costo de vida notablemente inferior al de Francia, se traduce en un aumento significativo del poder adquisitivo de los jubilados, según escribe Grazia.

Más allá de los aspectos económicos, la facilidad de integración es otro criterio determinante. El francés se habla comúnmente en Essaouira, tanto en los comercios, los servicios administrativos como en el sector médico, lo que simplifica los trámites y las interacciones diarias. La ciudad alberga además una comunidad francófona estructurada, cuyos miembros organizan regularmente actividades y encuentros, favoreciendo así la creación de nuevos vínculos sociales para los recién llegados.

El entorno de vida local también contribuye al atractivo de la ciudad. Essaouira se describe como una ciudad tranquila y segura, a escala humana, en contraste con la agitación de las grandes metrópolis. Esta atmósfera, calificada de serena, es un elemento a menudo destacado por los residentes, especialmente las mujeres, que ven en ella un entorno propicio para instalarse solas o en grupo.

Finalmente, Essaouira ofrece una variada oferta de actividades culturales y de ocio. Su medina está inscrita en el Patrimonio Mundial de la UNESCO y la ciudad acoge eventos de renombre internacional, como el Festival Gnaoua y Músicas del Mundo. Los residentes también tienen acceso a una amplia gama de actividades de ocio, desde deportes náuticos hasta golf, pasando por talleres culturales o excursiones por la región.