Escándalo en Marruecos : La mafia de las citas consulares bloquea a inmigrantes españoles

Según El Español, algunos MRE de España han tenido que pagar 300 euros a esta red para obtener una cita en el consulado. La situación es particularmente crítica en el Consulado General de España en Casablanca, donde hay que esperar más de un año para obtener una cita. Aquí, los MRE han llegado a pagar hasta 1.200 euros a esta red para tener una cita.

Samira, de 43 años, residente en Madrid desde hace 25 años, está bloqueada en Casablanca desde el cierre de las fronteras terrestres y del espacio aéreo por la crisis sanitaria del Covid-19. Había viajado al reino para visitar a su padre enfermo, que finalmente falleció. La MRE sigue esperando una cita para obtener una visa. "El problema es que es imposible conseguir una cita en Marruecos... Ya ha pagado 700 euros y no sabe nada de las personas a las que les dio el dinero", explica al medio español Pilar, una amiga y vecina de Samira en España.

La cuarentona lleva intentando desde febrero de 2023 obtener una cita en el consulado de España en Casablanca. Sin éxito. Una situación que le está causando enormes perjuicios en España. La MRE sigue pagando su alquiler en Madrid y ha perdido beneficios de su tarjeta de salud porque no ha podido acudir a sus citas en el centro de salud. Lina (nombre ficticio), una española de origen marroquí, vive la misma situación. Está bloqueada en Marruecos e intenta en vano desde hace un año obtener una cita en el consulado de Casablanca.

La red de venta fraudulenta de citas está mantenida por "personas cercanas al consulado, incluso operan en un café de la región", afirma un abogado español residente en Marruecos, quien confiesa haber denunciado estos irregularidades ante las autoridades españolas durante años. Pero el fenómeno no se observa en todos los consulados. "En Rabat, la cita es gratuita, no es normal que se cobre una cantidad de dinero por un servicio gratuito", agrega el abogado. En abril de 2023, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, había advertido a los intermediarios de visas. Pero el problema persiste.