Escándalo inmobiliario en Casablanca : Profesor de inglés lidera red de falsificación de documentos

Sylvanus
Escándalo inmobiliario en Casablanca : Profesor de inglés lidera red de falsificación de documentos

Un profesor de inglés que trabaja en una famosa escuela privada de Casablanca se encuentra en el centro de una red de falsificación de documentos activa en el sector inmobiliario. Tres individuos y él han sido detenidos por los elementos de la gendarmería real de la brigada de Médiouna.

Todo comenzó con una denuncia presentada por los miembros de una familia ante la gendarmería de Médiouna. A su regreso a Casablanca, descubrieron que su casa estaba ocupada por una mujer a la que acusan de haber despojado su residencia, informa Assabah. Esta mujer afirmó haberla comprado. Los elementos de la gendarmería de Médiouna entonces llevaron a cabo una investigación. De ella se desprende que "se trataba de un contrato de venta consuetudinario fechado en 2008, es decir, antes de la promulgación de una ley que anula el uso de contratos consuetudinarios en las transacciones inmobiliarias". Durante su interrogatorio, "la ocupante" confesó a los investigadores que el contrato le fue entregado por un individuo que había conocido en un "escritor público" a cambio de una importante suma de dinero. Esta pista permite a los gendarmes identificar y localizar al cerebro de una red de falsificación de documentos. Se trata de un profesor de inglés que trabaja en una famosa escuela privada de Casablanca.

Este profesor ha sido detenido y puesto a disposición del fiscal general del rey ante la corte de apelación de Casablanca por "constitución de banda especializada en la falsificación de documentos y su utilización". Se le reprocha haber redactado contratos, especialmente los relativos a la venta de bienes inmobiliarios. Actualmente, los gendarmes se afanan por encontrar a sus cómplices : un funcionario en activo y otros dos jubilados. Estos han desaparecido después de enterarse de la detención del acusado principal. El funcionario tenía la tarea de fechar retroactivamente los contratos y estamparlos con un número de serie a cambio de 7.000 dirhams por cada documento. Los otros dos acusados se encargaban de la legalización de las firmas utilizando sellos que conservaron después de su jubilación y añadiendo nombres de funcionarios ficticios a estos falsos contratos antes de venderlos.