Caos veraniego : Familias marroquíes denuncian estafas y abusos en playas del norte

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Caos veraniego : Familias marroquíes denuncian estafas y abusos en playas del norte

Para muchas familias marroquíes, el verano se convierte en una pesadilla en el norte del país. Entre alquileres desorbitados y servicios decepcionantes, la experiencia está lejos de ser idílica. Aquí hay algunos testimonios que revelan los entresijos de estas agitadas vacaciones.

"¡850 dírhams por noche por un apartamento destartalado sin aire acondicionado ! El propietario me había mostrado unas fotos preciosas por WhatsApp. Cuando llegué, fue un jarro de agua fría. Literalmente", se indigna Amine, que vino a pasar una semana de vacaciones a Martil con su mujer y sus dos hijos. Al igual que este padre de familia originario de Mequínez, cientos de veraneantes denuncian el aumento de los precios y la mala calidad de los servicios turísticos este verano. "En cinco días en Agadir, gasté el equivalente a mi salario mensual. Y mis hijos ni siquiera pudieron disfrutar de la piscina, estaba verde", se queja Salma, una madre de dos hijos.

Los veraneantes denuncian a los propietarios de bienes de alquiler cuyas ofertas engañosas no tienen nada que ver con la realidad, así como a los restaurantes que no muestran los precios de los menús para facturar durante la temporada de verano. "Estábamos en familia en un restaurante de Fnideq, muy conocido por cierto. No había precios en la carta, lo sospechábamos, pero bueno... Cuando llegó la cuenta, nos cobraron el doble de lo que esperábamos. Cuando protesté, el camarero me respondió : "Es temporada alta, no podemos hacer nada", testifica Khalid. Rachida, que vino de Rabat con sus tres hijos para pasar unos días en Tánger, se siente desbordada por el caos en la playa. "Un joven vino a decirnos que nos fuéramos porque esa parte de la playa estaba ’reservada para los clientes del chiringuito’. Mis hijos no entendían por qué teníamos que irnos. Yo tampoco, por cierto", confiesa.

A pesar de las prohibiciones, los alquiladores de sombrillas y los chiringuitos ocupan ilegalmente las playas, impidiendo a los veraneantes disfrutar plenamente de los espacios de descanso. "Cada mañana es la misma comedia. Desalojamos a los vendedores ilegales y por la noche vuelven. No tenemos ni los medios ni el personal para vigilar las 24 horas", se exaspera un agente municipal de Tetuán. Para no sufrir más el caos en las playas, los veraneantes marroquíes abandonan cada vez más las estaciones balnearias. "El año pasado nos quedamos en Casablanca. Con lo que gastamos en una semana en la costa, podemos permitirnos salidas todo el año aquí", afirma Youssef, informático y padre de familia.

Escaldados por las malas experiencias en vacaciones anteriores, los marroquíes son prudentes. "Pagué 2.000 dírhams por adelantado por un apartamento en Tánger. Cuando llegué, nadie respondía al teléfono. ¡El apartamento ni siquiera existía ! En la policía me dijeron que presentara una denuncia y que esperara... Sigo esperando", cuenta Ikram. Los profesionales tampoco se salvan. "Los clientes llegan desconfiados, escaldados por las malas experiencias en otros lugares. Hay que luchar para demostrar que no somos unos estafadores", lamenta Fátima, gerente de un restaurante familiar en Asilah.