Pugna económica : España y Francia compiten por el mercado marroquí en pleno auge

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Pugna económica : España y Francia compiten por el mercado marroquí en pleno auge

Las empresas francesas y españolas se enfrentan a una dura competencia para ganar contratos públicos en Marruecos. Pero sin contar con el surgimiento, en los últimos años, de empresas marroquíes y extranjeras que también intentan imponerse.

El restablecimiento de las relaciones entre España y Marruecos ha permitido sin duda a los empresarios españoles dominar el mercado marroquí y superar a los franceses. "Los dos países se consultan sobre varios proyectos, especialmente en los sectores de infraestructuras, ordenación y transporte urbano, energías renovables, marítimo...", explica el economista Abdeslam Touhami a Challenge, señalando que "la perspectiva de la organización conjunta de la Copa del Mundo en 2030 también contribuye a ello". "Incluso antes del nuevo acuerdo económico bilateral, [...] España, desde finales de los años 80, ha demostrado un verdadero aumento de su poder en el marco de su asociación económica con Marruecos, hasta el punto de llegar hoy a un nivel que le permite ya competir con Francia", confirma por su parte el economista Hakim El Wardi.

Aunque las exportaciones españolas a Marruecos han aumentado casi un 20% anual, superando a las de Francia desde 2012, el país de Emmanuel Macron sigue siendo con mucho el primer socio económico del reino en términos de inversión extranjera directa (IED) con 20.000 millones de dólares en 2020, frente a 5.600 millones de dólares para España. Francia y España también se disputan varios grandes proyectos estructurales en Marruecos, especialmente en los sectores de las energías renovables, el transporte ferroviario y urbano, el agua (construcción y explotación de plantas desalinizadoras), etc. Pero las empresas de los dos países se enfrentan cada vez más a la competencia de otras empresas marroquíes y extranjeras. Es el caso de la Sociedad Nacional de Autopistas de Marruecos (ADM), que se ha encargado de la construcción de la nueva autopista Tit Mellil-Berrechid. Una primera en la historia de la red nacional de autopistas.

Por otra parte, algunas empresas españolas o francesas no dudan en asociarse con empresas marroquíes en proyectos de gran envergadura, como la construcción de la planta desalinizadora de Casablanca, que será realizada por el consorcio del español Acciona y los marroquíes Green of Africa y Afriquia Gaz. Del mismo modo, el grupo formado por el francés Engie y el marroquí Nareva, construirá la planta desalinizadora de Dakhla. Al igual que el marroquí Gaia Energy, especializado en la producción de hidrógeno verde y la descarbonización, en asociación con las empresas españolas Iberdrola o Abengoa, propondrá soluciones de descarbonización y mantiene colaboraciones con Enagás y Arcelor en el campo del hidrógeno.

Las empresas francesas y españolas también se enfrentarán para ganar la licitación recientemente lanzada por la Oficina Nacional de Ferrocarriles (ONCF) para la adquisición de 168 trenes, incluidos 18 trenes de alta velocidad, por un importe de 16.000 millones de dírhams. El francés Alstom, que ha entregado el TGV Tánger-Casablanca, bautizado Al Boraq, y el español Talgo se enfrentan a una feroz competencia en este expediente. Lo mismo ocurre en el sector del automóvil, donde el gigante francés Renault ha impulsado una nueva dinámica en el sector desde la instalación de su fábrica en Tánger en 2012. Peugeot, miembro de Stellantis, también abrió en 2019 una fábrica en Kénitra, lo que ha supuesto la llegada de una veintena de proveedores españoles como Teknia y Antolín, o Ficosa y Gestamp, al reino. Los grupos franceses y españoles también se enfrentan a una dura competencia en las energías renovables, un sector en pleno auge en Marruecos.