El oro en Marruecos se dispara : precios récord y especulación sacuden el mercado nupcial

Said
El oro en Marruecos se dispara : precios récord y especulación sacuden el mercado nupcial

El precio del oro alcanza niveles récord en el mercado marroquí, generando preocupación entre los consumidores. El gramo de oro de 18 quilates, el más buscado por las familias, se negocia ahora entre 900 y 950 dírhams. Este aumento se produce en plena temporada de bodas, período en el que la demanda de joyas es tradicionalmente más alta.

Según los profesionales del sector, este aumento es una consecuencia directa de las tensiones y la volatilidad de los precios mundiales. Un joyero explica al periódico Le Matin que "cualquier variación en el precio de la onza de oro a nivel mundial se refleja inmediatamente en nuestro mercado", obligando a los actores locales a ajustar sus precios para no sufrir pérdidas. A este costo base se suman los gastos de fabricación, los impuestos y los derechos de aduana, que aumentan la factura final.

Sin embargo, esta explicación se considera insuficiente por parte del Observatorio Marroquí para la Protección del Consumidor. Su presidente, Hassan Aït Ali, considera que la coyuntura internacional no es la única causa. Señala prácticas especulativas y falta de transparencia en el mercado nacional, donde "algunas partes se aprovechan de la ausencia de un control riguroso para inflar artificialmente los precios".

Hassan Aït Ali recuerda que el oro representa un refugio financiero para muchos hogares frente a la inflación. Cualquier manipulación de los precios afecta directamente al ahorro y al poder adquisitivo de las familias. Hace un llamamiento a la aplicación estricta de las leyes sobre competencia y protección del consumidor, así como de las disposiciones del Código Penal que sancionan el fraude comercial.

Ante esta situación, el Observatorio propone la implementación de un mecanismo nacional de seguimiento de precios, obligando a las joyerías a publicar diariamente sus tarifas. También recomienda reforzar los controles y aplicar sanciones disuasorias. Sin medidas de regulación, los hogares marroquíes corren el riesgo de ver este metal precioso, que representa un valor cultural y un ahorro de precaución, convertirse en un lujo inaccesible.