Narco-cooperativas : La nueva estrategia del tráfico de hachís desde Marruecos a España

Se trata de pequeños grupos que trabajan de manera autónoma en España, pero bajo la dirección de estos barones de la droga en Marruecos o Dubái. Una forma para estas redes criminales de escapar de la policía. "Ya no tenemos estructuras piramidales en estas organizaciones. Funcionan como cooperativas donde se especializan en fases específicas", explican fuentes policiales a La Razón. Una parte de las bandas se ocupa de los proveedores en Marruecos, otros del transporte y la logística, otros de los almacenes o viveros, y otros del secuestro y la salida de España. "Cada uno de ellos no conoce a los demás en caso de que se realicen arrestos", agregan las mismas fuentes.

Frente a la presión de los agentes de la policía antidrogas y de la delincuencia organizada (UDYCO) y sus homólogos marroquíes, las redes criminales rivalizan en estrategia e ingenio para continuar con sus actividades ilegales. Esta semana, los agentes de la policía española procedieron a un importante decomiso de hachís procedente de Marruecos, después de haber sido alertados por sus homólogos franceses. La droga pertenece a una organización hispano-marroquí que introducía clandestinamente grandes cantidades de hachís en Europa desde hace algún tiempo. Fue en Almería donde los policías españoles se incautaron de esta importante cantidad de hachís escondida en un camión con remolque cargado de frutas perecederas procedentes de Marruecos.

Los agentes intervinieron después de que el remolque fuera depositado en un almacén de una zona industrial, descubriendo en su interior paquetes de hachís escondidos en sandías y que pesaban más de 15 toneladas. Para rentabilizar sus negocios, las redes criminales se están involucrando cada vez más en el tráfico de marihuana. "El margen de beneficio es extraordinario y las grandes organizaciones de Alemania, Francia y Suecia se han lanzado a esta actividad", explican fuentes policiales. Esta droga se vende en España a 1.800 euros el kilo, a 8.000 euros en Alemania y hasta 12.000 euros en Suecia.