Marruecos 2025 : La reforma fiscal promete alivio, pero expertos cuestionan su impacto real

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Marruecos 2025 : La reforma fiscal promete alivio, pero expertos cuestionan su impacto real

El proyecto de ley de finanzas (PLF) 2025 prevé revisar a la baja la escala del impuesto sobre la renta (IR). Una medida que, según los economistas, no debería tener un impacto significativo en los salarios.

Fouzi Lekjaa, ministro delegado encargado del Presupuesto, recientemente confirmó, en una sesión en la Cámara de Consejeros, esta revisión del impuesto sobre la renta (IR), señalando que la medida tiene como objetivo aliviar la presión fiscal sobre los asalariados sujetos a retención en la fuente. Pero esta reducción del impuesto sobre la renta en 2025 no debería provocar cambios importantes en los salarios. Debería traducirse en pequeñas reducciones que oscilan entre 150 y 400 dírhams en beneficio de las clases medias y desfavorecidas, estima el economista Mohamed Jadri, entrevistado por Le360.

"El gobierno tendrá que mantener el mismo nivel de ingresos por IR para no afectar la tesorería del Estado, que depende mucho de estos recursos para financiar los proyectos en curso", explica el experto. En 2023, los ingresos por IR representaban el 18,53% del total de ingresos fiscales, alcanzando más de 50,7 mil millones de dírhams (MMDH), es decir, un aumento del 5,8% con respecto a 2022. A finales de julio de 2024, estos ingresos superaron los 35 MMDH, con un aumento anual del 11,9%, según los datos actualizados de la Tesorería General del Reino. El gobierno espera unos ingresos por IR de 52,88 MMDH al final del ejercicio.

Para el economista Nabil Adel, esta medida es una "reestructuración fiscal" y no una "reforma fiscal" que buscaría ampliar la base imponible integrando a los asalariados que no pagan impuestos sobre la renta, especialmente los del sector agrícola o del sector informal, o que ejercen profesiones liberales. Una reforma digna de ese nombre "requiere un coraje político que falta a este gobierno muy preocupado por su imagen, que no quiere disgustar y que no se mantiene firme ante la presión. Basta con hacer huelga con frecuencia para que ceda", comenta.