Heroico pasajero de 63 años enfrenta a atacante en autobús de Amberes : "¡Ven si quieres pelear !

Se produjo un ataque mortal a bordo de un autobús en Amberes. Alrededor de las 14:30 horas, cuando el autobús circulaba cerca de la calle Ernest Claes, un hombre sacó repentinamente un cuchillo en un autobús De Lijn de la línea 36 y atacó a un pasajero, informa Het Laatste Nieuws. "Tenía una cita en Ethias, luego tuve que ir a la farmacia", cuenta Nacer, de 63 años. "[...] Quería tomar el coche, pero el médico me dijo que caminar sería beneficioso para mi recuperación. Así que decidí caminar hasta la parada para tomar el autobús 36". Dentro, había una decena de personas, incluida una mujer sentada con sus hijos.

"Me senté al fondo del autobús. Vi al futuro agresor sentado allí, un hombre de unos 35 años con el pelo corto y castaño y barba. Llevaba pantalones beige, zapatos blancos, una camisa azul claro y un jersey sobre los hombros", testifica el sexagenario. El agresor, un georgiano de 38 años, le pregunta educadamente a Nacer en neerlandés y con un gesto de la mano qué hora era. Eran las 14:29 en punto. Lo irreparable se cometerá. Con un cuchillo de 20 centímetros en la mano, el treintañero ataca a un hombre de 76 años y lo apuñala varias veces en el cuello.

Presa del pánico, los pasajeros intentan escapar de lo peor. Nacer se enfrenta al agresor. "’¿Qué está pasando aquí ?’, me pregunté". Apretó los puños, se acercó al culpable y gritó : ’¡Eh, ¿qué quieres ? ¡Ven si quieres pelear !’". El treintañero lo apuñala en la pierna derecha, haciéndolo caer, y luego intenta golpearlo en el pecho. Sin éxito. El hombre siguió cruzando el autobús gritando : "¡Quiero diez muertos !", levantando los dedos uno por uno, simulando el número de víctimas que deseaba.

Acto seguido, el conductor, presa del pánico, llama a los servicios de emergencia. Llega la policía y se acerca al autobús. El agresor intenta huir, pero se le frenará el impulso. Nacer fue ingresado en el hospital, donde recibió atención médica. Después de unas horas, regresó a casa. Es saludado y celebrado por los vecinos del barrio. "Gracias a él, no se convirtió en una masacre", dicen los vecinos.