Escándalo en Casablanca : Intentan comprar el silencio de la familia del joven investigador asesinado

Cuatro meses después, la familia de Badr Bouljoihel sigue en estado de shock. "A partir de lo que la gente ha contado después de ver el video (del asesinato de su hijo, nota del redactor), la escena se ha dibujado en mi cabeza, ya ni siquiera vale la pena verla. Es muy duro para mí", lamenta Fatima en un testimonio recibido por TelQuel. Añade : "No deseo a nadie vivir lo que vivo con los niños. Nadie soporta la separación de Badr, ni yo, ni su familia ni sus amigos".

Badr Bouljoihel, doctorando investigador en la facultad de ciencias y técnicas de Mohammedia, fue asesinado la noche del 30 de julio en un aparcamiento del McDonald’s Aïn Diab. En un video difundido en las redes sociales, se ve a individuos -hijos de ricos- propinar violentos golpes al joven de 23 años. Uno de los agresores, propietario de un gran Audi Q8 4x4, sube a su vehículo para aplastar el cuerpo del joven Badr. Este horrible crimen había conmocionado Aïn Diab, un barrio elegante de Casablanca. Al día siguiente de la tragedia, la Dirección General de Seguridad Nacional (DGSN) anunció la detención por la policía judicial de Casablanca, en coordinación con sus homólogos de Laâyoune, del principal sospechoso.

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Otros cuatro sospechosos fueron posteriormente detenidos. Todos están acusados de homicidio doloso y de constitución de una banda criminal. Las familias de estos sospechosos han ofrecido "grandes sumas de dinero", asegura Fatima. Dice haber rechazado su propuesta. Su deseo es que "se haga justicia a su hijo". La madre de Badr ha informado de que la investigación policial realizada bajo la supervisión de la fiscalía "se cerró hace cinco semanas". Queda por fijar la fecha del inicio del juicio. La madre de familia reclama la pena máxima para los cinco acusados en este caso. Entendido : la pena de muerte, que ya no se aplica en Marruecos desde 1993. "La opinión pública sigue de cerca este caso y varias personas me preguntan en qué estado está. Les respondo que confío en la justicia y que la fiscalía hará lo necesario", afirma Fatima.

El principal sospechoso es un hombre conocido por la justicia. En 2018, había sido condenado a 7.500 dirhams por homicidio involuntario, así como a otras dos multas de 300 dirhams cada una por su implicación en un accidente mortal de tráfico. En aquel momento, la Fiscalía había recurrido en apelación. Al año siguiente, el acusado vio agravada su pena. Fue condenado a un año de prisión efectiva, a una multa de 30.000 dirhams y a la retirada de su permiso de conducir por un período de dos años. Pero esta sentencia aún no es definitiva, por lo que aún no se ha ejecutado. "Si se hubiera hecho justicia a las primeras víctimas, nada de esto habría ocurrido", lamenta la madre de la víctima.