Diputados franceses de origen extranjero, blanco del racismo : "El acoso no cesa

Los diputados Carlos Martens Bilongo, Aly Diouara, Soumya Bourouaha, Sabrina Sebaihi... dicen haber sido víctimas de racismo. "Mi acoso comenzó el día de mi investidura y no se calma desde hace un año", confiesa Aly Diouara (LFI). Hace dos semanas compartió en X una carta que recibió. "Era de una violencia poco común. Sin embargo, recibimos correos electrónicos y, sobre todo, comentarios en las redes sociales todos los días, pero esta vez menciona la esclavitud, las manos cortadas, es amenazante", suspira el diputado del 5º distrito de Seine-Saint-Denis.

"¿Desde cuándo los esclavos logran ocupar puestos en Francia ?, se puede leer al comienzo de esta carta en un tipo de letra de máquina de escribir. No te gusta la policía, nunca vendrán a tu rescate. Puedo desahogarme tranquilamente, no harás absolutamente nada. Solo acepta tu genealogía." Su colega Nadège Abomangoli (LFI, 10º distrito de Seine-Saint-Denis), vicepresidenta de la Asamblea, recibió una carta similar. "Una negra no tiene nada que hacer en ese puesto, le escribe un tal ’Sr. Jourdain’. La esclavitud se abolió, pero hay límites para sentirse cómodo."

"Me dije que esta carta, en el contexto político actual, tenía interés en hacerla pública porque encarna la liberación del discurso racista", señala la diputada. La elegida confiesa "sentimientos ambiguos. Porque al mismo tiempo, me dije : los enfurece, así que está bien. Las lágrimas de los racistas me alegran de todos modos." Los dos Insumisos han presentado una denuncia. El diputado de LFI del Val-d’Oise, Carlos Martens Bilongo, tampoco se salva. "Recibo insultos todos los días. Esas personas han entendido que este acoso racista impide que los diputados racializados hagan su trabajo tranquilamente", explica.

Sabrina Sebaihi (Les Écologistes, 4º distrito de Hauts-de-Seine) prefiere hacer sistemáticamente capturas de pantalla, guardarlas en un grueso expediente, antes de presentar denuncias o informes grupales en Pharos. Recuerda la primera carta que recibió en la Asamblea, en julio de 2022. Era una carta de amenazas. "Cada vez que publico en las redes, los comentarios que más se repiten son ’francesa de papel’, ’vuelve a tu casa’, ’remigración’... A veces va más allá, como ’todos al Sena’." Soumya Bourouaha (PCF, 4º distrito de Seine-Saint-Denis) también los recibe. "Evito leerlos, porque es desmoralizador. Me afecta, pero realmente en lo más profundo. No me he ganado mi lugar, he sido elegida. No estamos aquí por casualidad", insiste la elegida de origen argelino.

Se ha convertido en un racismo cada vez más desinhibido. "La gente ya no teme a la justicia", señala Sabrina Sebaihi. "Amenazar a parlamentarios, hacer declaraciones racistas, ya no les parece un delito. Ha sido banalizado por personalidades políticas al más alto nivel", estima, apuntando en particular a Éric Zemmour o al ministro del Interior, Bruno Retailleau. Todos estos diputados se sorprenden, sobre todo, de la timidez de las reacciones políticas sobre el tema. "¿Acaso los parlamentarios, por ser negros o magrebíes, tienen que ser agredidos o asesinados para que haya una reacción ?", se pregunta incluso Sabrina Sebaihi.

Aly Diouara se indigna : "Cuando veo la timidez de las reacciones institucionales, me digo que esa gente está loca al dejar que eso pase. Es una puerta abierta para todo lo demás. La condena de la violencia no puede hacerse con geometría variable." Su colega Insubmisa de Seine-Saint-Denis, Nadège Abomangoli, justifica el relativo silencio de la izquierda por cierta incomodidad con el tema. "Con la estrategia de los ’enfadados, no fachas’ (nota del editor : que consiste en considerar que el voto al RN no es mayoritariamente un voto de adhesión), la izquierda se niega a enfrentar el obstáculo de la dimensión racista del voto al Rassemblement national."