Crimen en Tánger : Familia sentenciada por asesinar y emparedar al padre en su hogar

Así, el hijo mayor, Mohamed A., fue condenado a cadena perpetua, mientras que su madre, Fatima T., fue condenada a 25 años de prisión. Otros dos hermanos fueron condenados a 20 años de prisión, otros dos a 3 años y un amigo del hijo a 6 años.

El caso reveló una maraña de crímenes que van desde el asesinato hasta el encubrimiento de pruebas, pasando por el tráfico de drogas. La fiscalía había solicitado la pena de muerte para los principales acusados, dada "la atrocidad del crimen".

Durante el juicio, Mohamed A. negó haber torturado a su padre, explicando que la disputa estalló después de que descubriera que este practicaba la brujería. Admitió haberle administrado somníferos y luego haberlo encontrado muerto. Presa del pánico, enterró el cuerpo en una pared de su casa.

La esposa de la víctima, Fatima T., por su parte, negó cualquier implicación en el asesinato, afirmando que su marido, seguidor de las cofradías sufíes, a menudo estaba ausente durante largos períodos. Los demás miembros de la familia dieron versiones contradictorias, algunos afirmando desconocer todo sobre la tragedia, otros acusando a Mohamed A. de violencia que provocó la muerte del padre.

El juez recordó que el macabro descubrimiento fue fruto de la casualidad. Durante un registro relacionado con un caso de tráfico de drogas, la policía encontró el cuerpo del padre, esposado y en avanzado estado de descomposición, escondido en una pared de la casa. La investigación reveló que el asesinato se había cometido seis años antes.