De las calles de Marruecos a las aulas de Barcelona : La lucha de Mohamed por un futuro mejor

Prince
De las calles de Marruecos a las aulas de Barcelona : La lucha de Mohamed por un futuro mejor

Mohamed, un marroquí de 22 años, subsiste en España. Llegado a Cataluña hace dos años, el joven sin hogar ha logrado, no sin dificultades, inscribirse en el primer año de estudios profesionales de mecánica en el INS de Llobregat de L’Hospitalet.

Sin apoyo institucional, Mohamed se esfuerza, como puede, por integrarse en la sociedad española. Desde septiembre, sigue una formación en mecánica industrial en el INS de Llobregat de L’Hospitalet. El joven de origen marroquí es un sin techo. A pesar de su situación, se distinguía por su puntualidad y su dedicación. "Tengo miedo de que me roben mi ordenador portátil porque duermo en la calle", confesó hace unas semanas a sus profesores, quienes decidieron ayudarlo a mejorar sus condiciones de vida.

"Nunca habría imaginado su situación. Es un excelente estudiante, brillante en algunos aspectos. Puntual, limpio, trabajador... Podría fácilmente obtener un título superior", declaró a La Razón Víctor Langreo, coordinador de la FP, sobre Mohamed. Los profesores se han unido para pagar una habitación al joven de 22 años. Pero tendrá que desalojar el lugar el próximo 15 de febrero y podría volver a estar en la calle si los servicios sociales no le encuentran rápidamente una vivienda.

Mohamed llegó a España procedente de Turquía ; un viaje de dos meses que realizó a pie y escondiéndose debajo de los camiones. A su llegada a Cataluña, no fue atendido por el sistema de protección de menores extranjeros no acompañados. Después de pasar unos días en una vivienda temporal puesta a su disposición por una ONG local, comenzó a dormir a la intemperie, bajo el puente de Vallcarca en Barcelona.

El joven de 22 años nunca habló de su situación a sus profesores. Gracias a estos últimos, que han llevado su caso al conocimiento de las autoridades competentes, su expediente será tramitado con celeridad por los servicios sociales. "No podemos permitir que vuelva a la calle. Si, en su situación, viene a clase todos los días con energía y entusiasmo, imaginen lo que podría hacer si tuviera una casa donde descansar", insisten los profesores.