Violencia doméstica en Marruecos : El silencio de los hombres maltratados

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Violencia doméstica en Marruecos : El silencio de los hombres maltratados

La violencia contra los hombres por parte de las mujeres en las parejas es un fenómeno que está creciendo en Marruecos, según revela un estudio reciente.

Esta violencia contra los hombres adopta diversas formas, como "la brujería y la magia, el chantaje o los golpes, los insultos y las injurias, las humillaciones en público, la confiscación del salario o de los ingresos, la prohibición de visitar a su familia y el hecho de manipular a los hijos en su contra", detalla el estudio realizado por un estudiante de la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdellah en Fez en el marco de su tesis de maestría en derecho privado.

Dirigido por el profesor Yassine El Kaayouch, el estudio titulado "La violencia contra los hombres : Realidad de las prácticas y mecanismos de lucha" explica que la violencia contra los hombres "suscita el miedo o causa un perjuicio físico, psicológico o incluso económico, genera un sentimiento de humillación en el compañero o lo coloca bajo el efecto de la amenaza, del perjuicio emocional, del acoso y del hostigamiento, o de la coacción sexual".

Con esta práctica, las mujeres también intentan "controlar al hombre utilizando a los hijos, a los animales domésticos o a un miembro de la familia como medio de presión emocional, creando así una relación desequilibrada", indica el estudio, reconociendo que "la violencia de las mujeres hacia sus maridos no es nueva". Pero el aumento del nivel de educación y de conciencia religiosa, y las campañas de divulgación de los derechos, han permitido a los hombres víctimas de esta violencia expresarse más, se señala.

El estudio señala la "baja eficacia del sistema de protección contra la violencia hacia los hombres, con un predominio del marco legislativo e institucional para luchar contra la violencia a favor de la mujer". Por eso recomienda establecer un marco legal "disuasorio" para proteger a los hombres víctimas de violencia conyugal. "Las sanciones disuasorias deben ser apropiadas y proporcionales", agrega el estudio, que llama a adoptar una política de prevención antes que una política de tratamiento" de este fenómeno.