El rey de Marruecos adquiere exclusivos Laraki Sahara : lujo sobre ruedas a 2,2 millones

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El rey de Marruecos adquiere exclusivos Laraki Sahara : lujo sobre ruedas a 2,2 millones

El rey Mohammed VI ha comprado los dos únicos ejemplares del "Laraki Sahara", un vehículo de alta gama producido por la empresa marroquí Laraki Automobiles SA. El precio unitario de los vehículos es de 2,2 millones de dólares.

Creada a finales de los años 90 por Abdeslam Laraki, un diseñador de automóviles y empresario marroquí, Laraki Automobiles SA, con sede en Casablanca, no tiene nada que envidiar a los fabricantes de automóviles europeos. La empresa marroquí produce yates y coches de lujo. Su primera creación, el Fulgura, un coche deportivo, se presentó en 2002 en el Salón del Automóvil de Ginebra, según informa La Razon. Se distingue por su chasis, su carrocería y su mecánica. Tiene un motor V8 Mercedes-Benz con una potencia de 600 CV, asociado a una caja de cambios de seis velocidades ultramoderna.

En 2005, Laraki presentó el Borac, su segunda creación, en el Salón del Automóvil de Ginebra. A diferencia del Fulgura, este vehículo tiene un motor V12 de 6,0 litros de Mercedes-Benz, sin turbocompresor ; lo que le confiere una potencia estimada de 540 CV, una velocidad máxima de 310 km/h y la capacidad de pasar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos. El fabricante marroquí también ha creado el Epitome, "una obra maestra sobre ruedas", según los expertos. Se presentó en 2013, en el concurso de elegancia de Pebble Beach en 2013 y está equipado con un motor V8 de un Chevrolet Corvette Z06, con dos turbocompresores.

El Epitome se vendió por 2 millones de dólares, convirtiéndose en el coche más caro del mercado. El rapero de origen marroquí, French Montana, con sede en Estados Unidos, es uno de los primeros compradores de este bólido en 2015, que exhibió con orgullo en sus redes sociales. El Epitome se mejoró posteriormente para dar lugar al Corvette C7, bautizado "Laraki Sahara", del que el rey Mohammed VI ha comprado los dos únicos ejemplares. El modelo se vendió a más de 2,2 millones de dólares la unidad, lo que lo convierte en el coche africano más caro del mundo.