La odisea burocrática de los temporeros marroquíes en Francia : 4.000 vidas en espera

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La odisea burocrática de los temporeros marroquíes en Francia : 4.000 vidas en espera

Cada año, cerca de 4.000 trabajadores temporeros llegan a Francia para trabajar en las granjas durante la época de la cosecha. El endurecimiento de los trámites administrativos desde principios de este año y las dificultades para obtener visados les complican la vida.

Es difícil para los trabajadores de la OFII, la Oficina Francesa de Inmigración e Integración, ser contratados en las explotaciones del sur de Francia. Cada año, son aproximadamente 4.000 los que vienen a Francia para ayudar con la cosecha. En una granja en Grans, en Bocas del Ródano, unos 58 trabajadores temporeros, en su mayoría marroquíes, llegan cada año para la cosecha de melocotones o cerezas.

Para contratar a estos trabajadores temporeros, los agricultores deben aportar la prueba de una necesidad de mano de obra y la garantía de que los temporeros tendrán un contrato de trabajo y alojamiento. "Hay agua, electricidad, aire acondicionado frío/calor, baños dentro, todo cumple con las normas. Somos controlados todos los años por la DDTM", explica Pascal Bernard, un horticultor que ya ha recibido la visita de los inspectores de la DDTM.

Pero desde hace unos meses, la plataforma de la OFII a través de la cual se realizan las contrataciones está saturada. La causa son los plazos más largos para la obtención de visados franceses por parte de los trabajadores temporeros marroquíes y la complejización de los trámites administrativos para los agricultores, en aplicación del nuevo decreto del Ministro del Interior francés, publicado a principios de enero.

"Es un rompecabezas enorme, somos agricultores, no pasamos todo el día en oficinas para lograr hacer todo esto, necesitaríamos a una persona que se dedique solo a eso todo el año", se queja el horticultor. Para paliar esta dificultad, "hay que separar la parte agrícola del resto, que haya una plataforma dedicada a ella, y que la aceptación de los visados sea más fluida", sugiere Jérôme Mazély, miembro de la oficina de la FDSEA 13.