Neil El Aynaoui : El diamante marroquí que brilla en la Ligue 1 con el RC Lens

Sylvanus
Neil El Aynaoui : El diamante marroquí que brilla en la Ligue 1 con el RC Lens

Llegado al RC Lens procedente del AS Nancy Lorraine, el jugador franco-marroquí Neil El Aynaoui, de 22 años, impresiona por sus actuaciones hasta el punto de hacer soñar a su entrenador Franck Haise, pero también a los aficionados.

Titular por primera vez el 13 de noviembre ante el Olympique de Marsella (victoria, 1-0), Neil El Aynaoui cumple con las expectativas de Franck Haise. Es nombrado "Lensois del partido". Gracias a un pase decisivo de Óscar Cortés, el centrocampista del Lens anotó su primer gol con el club contra el Nantes FC (victoria, 4-0), el 28 de octubre. El sábado, estuvo radiante (un muy buen ratio del 75,7% de pases acertados) ante el Clermont (3-0) en el partido correspondiente a la 13ª jornada de la Ligue 1. El nativo de Nancy deja huella, lo que no sorprende a su padre Younès El Aynaoui, extenista profesional (14º del mundo en 2002). "Ha pasado por todas las etapas como sobre una alfombra roja : CREPS en Nancy, centro de formación, primer contrato profesional", antes de aterrizar en el RC Lens en junio, cuenta maravillado por el talento de su hijo a La Voix du Nord.

Albert Cartier, exentrenador del AS Nancy Lorraine, reconoce los talentos del jugador de 22 años. "Se quedó con nosotros para hacer que el club ascendiera. Es alguien leal", subraya. "Neil es un regalo para un entrenador. Es autónomo. Todavía necesita formarse, pero no hay que repetirle las cosas 36 veces, se responsabiliza solo. Sabe asumir sus responsabilidades", observa. El técnico también reconoce en el centrocampista franco-marroquí su capacidad para "tomar decisiones en momentos de intensidad, cuando está caliente, cuando hay ritmo, y toma las decisiones correctas. Bajo emoción, pero sin estrés. Es capaz de analizar". Además, asegura que Neil es capaz de lo mejor : "Debe marcar 6-8 goles por temporada en juego, incluso en la Ligue 1".

Aunque Neil no haya seguido sus pasos, su padre no le guarda rencor. "Vivíamos en Barcelona por mis entrenamientos. Pero allí, los chicos solo viven por el fútbol, cuenta el extenista profesional. Era lógico que se interesara por el fútbol. Enseguida vi que nunca se cansaba. Puede ver fútbol todo el día, pasaba los fines de semana jugando al fútbol".