Marruecos : La nueva potencia solar que atrae inversiones millonarias del Golfo

Sylvanus
Marruecos : La nueva potencia solar que atrae inversiones millonarias del Golfo

Gigantes de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos acompañan a Marruecos en su ambición de llevar la participación de las energías renovables al 52% de la matriz energética para 2030 e incluso convertirse en uno de los líderes mundiales de la energía solar.

Numerosos proyectos han sido iniciados en el norte de África por los fondos soberanos de Arabia Saudita (Public Investment Fund, PIF) y Abu Dhabi (Mubadala), pero también por empresas privadas como AMEA Power, con sede en Dubái, revela un informe del grupo de reflexión británico Bourse & Bazaar, publicado recientemente en Londres. Estos inversores se dirigen a países como Egipto y Jordania. Pero es sobre todo en Marruecos, cuya solidez de sus compromisos climáticos y la coherencia de su estrategia industrial fascinan, donde concentran sus inversiones.

Uno de los proyectos insignia es el complejo Noor Ouarzazate, cofinanciado por el gigante saudí ACWA Power. Con una capacidad de 580 megavatios, sigue siendo uno de los parques solares más grandes del mundo. Otro proyecto : el desarrollo por parte de AMEA Power de varios parques de tamaño medio en Taroudant, Tánger y El Hajeb. El gigante emiratí Masdar, por su parte, ha establecido una asociación con la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE) para el suministro de electricidad solar a más de 19,000 hogares marroquíes. Según las proyecciones oficiales, la capacidad instalada debería pasar de 2,7 gigavatios en 2027 a 2,97 gigavatios ya en 2028.

A estos proyectos se suman proyectos de alcance internacional, como el proyecto de construcción del cable submarino de 3,800 km que unirá Marruecos con el Reino Unido y proporcionará a los británicos el 8% de sus necesidades de energía eléctrica.

En Rabat, los inversores reciben el apoyo de la Agencia Marroquí de Energía Sostenible (MASEN). Esta agencia dirige el aspecto administrativo : ayuda a los inversores a obtener los permisos administrativos, a tener acceso a los terrenos y a garantizar la seguridad de las condiciones contractuales.

Sin embargo, algunas restricciones industriales pueden frenar la dinámica en curso. Entre ellas se encuentran los requisitos de contenido local impuestos por la legislación marroquí. Los desarrolladores se ven obligados a emplear trabajadores locales, incluso en puestos altamente técnicos para los cuales las competencias a veces son difíciles de movilizar en el mercado marroquí. Rabat también les obliga a utilizar paneles solares fabricados localmente, un requisito que a menudo ralentiza la logística y aumenta los plazos de suministro.