Marruecos ante el Mundial 2030 : ¿Maldición económica o motor de desarrollo ?

Sylvanus
Marruecos ante el Mundial 2030 : ¿Maldición económica o motor de desarrollo ?

Mientras que los marroquíes tienen opiniones diversas sobre la Copa del Mundo 2030 que Marruecos organiza junto a España y Portugal, Ali Ghanbouri, presidente del Centro de Prospectiva Económica y Social, destaca los beneficios de organizar este gran evento futbolístico.

A ojos de algunos marroquíes, la organización del Mundial 2030 es una maldición que sumirá al país en una espiral de riesgos económicos antes, durante y después del evento. Otros, sin embargo, lo ven como una bendición que aportará beneficios económicos y de desarrollo al país anfitrión. Ali Ghanbouri, presidente del Centro de Prospectiva Económica y Social, comparte esta última opinión. La organización por parte de Marruecos de la Copa del Mundo 2030 no es un lujo deportivo o un "carnaval futbolístico", sino un gran proyecto estratégico cargado de desafíos de desarrollo y económicos globales, comentó al sitio web Al3omk.

Según él, es necesario separar el debate objetivo de los excesos políticos que vacían el proyecto de su alcance de desarrollo y alimentan la duda sobre su utilidad. La organización de la Copa del Mundo es un verdadero motor de inversión que afecta a ámbitos vitales como la infraestructura, el transporte, el turismo y los servicios, y que abre amplias perspectivas para mejorar la imagen de Marruecos a nivel internacional y reforzar su posición en la escena mundial, precisó. Para Ghanbouri, el Mundial 2030 "no es un momento pasajero, sino una oportunidad vinculada a una visión de desarrollo integrada que se alinea con las prioridades del reino".

El experto económico añadió que los llamamientos que esgrimen el eslogan "el desarrollo primero" y se oponen a la organización de la Copa del Mundo, ignoran que los proyectos relacionados con este evento sirven, en esencia, a los ciudadanos al modernizar las ciudades, ampliar las redes de transporte, crear oportunidades de empleo y estimular el clima de inversión. "Marruecos no puede dar saltos en materia de desarrollo mientras su producto interior bruto no se duplique radicalmente", estimó.

Para apoyar su argumento, Ghanbouri comparó la realidad de la economía nacional con la de un padre que atiende las necesidades de cinco hijos y sueña con ofrecerles una educación y una vida digna, pero cuyo ingreso mensual no supera los 5.000 dirhams. "En tal situación, es imposible realizar todos esos sueños a menos que el ingreso se eleve a 20.000 o 30.000 dirhams", explicó. Esta ilustración le lleva a instar a Marruecos a centrarse en estimular la inversión y reunir las condiciones necesarias para lograr un fuerte crecimiento económico.

Y concluye : "Marruecos no juega al fútbol, está construyendo un futuro, y la Historia no perdonará a quienes hayan abandonado su deber nacional en un momento que exige movilización y consenso".