Marruecos gana terreno en el Sahel mientras Argelia pierde su influencia histórica

Sylvanus
Marruecos gana terreno en el Sahel mientras Argelia pierde su influencia histórica

Mientras que Argelia pierde terreno en el Sahel, Marruecos avanza sus peones. Tanto el principal proyecto de cooperación entre el reino y Malí que busca conectar el Sahel con el Atlántico a través del Sahara fascina.

"Desde la llegada al poder de los militares en Bamako y Niamey, la posición tradicional de mediadora que ocupaba Argelia ya no es aceptada", observa François Soudan, director de redacción de Jeune Afrique, en La Semaine de JA, en RFI. Esto se evidencia en la propuesta del presidente argelino Abdelmadjid Tebboune de actuar como mediador entre Bamako y los rebeldes tuareg del norte de Malí, que "tiene pocas posibilidades de prosperar". "Se trata más de una postura que de una oferta seria", estima François Soudan, antes de recordar que el presidente argelino "sabe perfectamente que Bamako se niega a cualquier mediación extranjera en sus asuntos internos, y aún más a la de Argel, acusada de albergar a varios líderes de la rebelión, así como al imán Dicko".

Esta desconfianza se explica por "una divergencia fundamental : Argelia busca complacer a los tuareg malienses para evitar que el conflicto se desborde a su propio territorio, rico en instalaciones petroleras y gasíferas estratégicas", analiza Soudan. Según él, la pérdida de influencia de Argelia en el Sahel es el resultado de dos reveses importantes. El primero es la retirada de Malí del Acuerdo de Argel, en enero de 2024. La adopción de la Carta para la Paz, cuya redacción fue dirigida por Ousmane Issoufi Maïga, ha cuestionado por completo el acuerdo firmado en 2015 en Argel entre los beligerantes. El segundo revés es el rechazo por parte de Niamey, en octubre de 2023, de una transición civil propuesta por Argel.

Para Argel, la pérdida de su influencia en el Sahel estaría provocada por "influencias extranjeras hostiles" - de Marruecos a Israel pasando por los Emiratos Árabes Unidos. Pero el director de redacción de Jeune Afrique recuerda que "las causas también son internas : más de una década de repliegue sobre sí misma, entre la enfermedad del presidente Bouteflika y la protesta popular, ha congelado la visión argelina del Sahel como un glacis de seguridad, y no como una zona de oportunidad económica". Este repliegue beneficia a Rabat. "Marruecos actúa con un proyecto global de influencia, estructurado, que combina economía, religión y seguridad", explica François Soudan. Esta "estrategia atlántica" tiene como objetivo conectar a los Estados enclavados del Sahel con el océano, una apuesta ambiciosa que sigue "en gran medida en la fase de anuncios, pero que tiene sentido desde el punto de vista geopolítico". De hecho, "los tres países de la Alianza de Estados del Sahel constituyen un mercado prometedor para Rabat, al tiempo que le ofrecen un papel de intermediario entre la AES, Europa y la CEDEAO", opina el periodista francés.

Este proyecto se había presentado en Burkina Faso, Malí, Níger y Chad el 23 de diciembre de 2023 en Marrakech. Tiene como objetivo transformar las economías del Sahel, mejorar la vida de sus poblaciones y favorecer la seguridad en la región al conectar los países del Sahel con el Atlántico. Este proyecto, por cierto, había asustado a Argelia. En enero de 2024, los servicios secretos argelinos habían advertido a los líderes argelinos sobre las consecuencias del acercamiento entre Marruecos y Malí, dos países con los que Argel ya no mantiene buenas relaciones.