De inmigrante rechazado a fiscal : La lucha de Abdelkrim Grini contra el racismo en Francia

Sylvanus
De inmigrante rechazado a fiscal : La lucha de Abdelkrim Grini contra el racismo en Francia

Conocido por haber dirigido la investigación sobre el asesinato de un joven musulmán, Aboubakar Cissé, apuñalado hasta la muerte en una mezquita de Gard, a finales de abril de 2025, el abogado y magistrado francés de origen marroquí Abdelkrim Grini, fiscal de la República de Alès, es ante todo un "cantor" de la lucha contra el racismo y la discriminación.

Nacido en Marruecos, Abdelkrim Grini llegó a Francia a los cuatro años con su familia. Se instalaron en La Paillade, en Montpellier. Nada predestinaba a quien se naturalizó francés a los 19 años a convertirse en abogado del colegio de Montpellier a los 25 años y luego en magistrado. La lucha contra la discriminación y el racismo del que fue víctima desde la adolescencia fue el detonante de su vocación. Cuenta a France inter que había sido expulsado de los bailes de pueblo a los que quería ir a bailar con sus amigos. "Algunas personas veían nuestra presencia con malos ojos, y nos íbamos para no sufrir violencia. Decían : ’Tú, lárgate, no tienes nada que hacer aquí, vuelve a tu barrio’".

Agrega : "Es una herida cuando tienes unos quince años y te lo echan en cara. Entonces, o reaccionas con violencia, o te dices : voy a intentar estudiar, aferrarme para demostrar que puedo ser alguien respetable". El joven Abdelkrim eligió la segunda opción. "Tuve la suerte de tener padres cariñosos y sobre todo un padre que me decía ’cuidado, la violencia no resuelve nada, estudia, hijo mío’. Hoy recojo los frutos y estoy sinceramente muy orgulloso de ello".

El adolescente militó en el mundo asociativo : "Creamos una de las primeras asociaciones de barrio en La Paillade en 1983, para combatir el racismo. Luchamos por la igualdad de derechos y la igualdad de oportunidades. No queríamos caer en la reacción violenta. Había muchísimos jóvenes con ese espíritu". Incluso durante los estudios, continuaba la lucha contra la discriminación. Realizaba las primeras "pruebas de discriminación" de este tipo en las ciudades del Hérault y lograba hacer condenar a discotecas de Montpellier, La Grande-Motte o Palavas que le negaban la entrada, con acta de alguacil.

"Con mis amigos, a menudo nos rechazaban a la entrada por los porteros. Evidentemente, era por el aspecto y eso no lo aceptaba. Presentamos una denuncia y el fiscal de la República de Montpellier de la época ordenó una investigación. Se celebró un juicio ante el tribunal correccional en 1997", cuenta el magistrado de 54 años. No oculta la existencia del racismo en Alès, donde ejerce desde hace 18 meses como fiscal. "Lo sé porque a veces recibo denuncias por discriminación, también tengo familiares que la sufren. En todo caso, la autoridad judicial y las autoridades públicas están extremadamente sensibilizadas con este tema fundamental, con esta lucha contra el racismo y el antisemitismo".