Éxodo estival : Familias francesas de origen marroquí regresan al "bled" para unas vacaciones llenas de nostalgia y libertad

Manel tiene muchas ganas de irse de vacaciones a Marruecos. La pequeña de Rennes de 10 años pasará todo el mes de agosto en el sur del reino con sus padres y sus tres hermanos. "¡Tengo muchas ganas ! He comprado caramelos y pequeños artículos de bricolaje para hacer con mis primas", cuenta a Ouest France. En el programa, pasar tiempo con sus abuelos alimentando a los animales de una granja vecina, hacer excursiones de montaña con su padre, probar frutas en la naturaleza, etc. En Marruecos, "las casas, los olores son diferentes".

"No vamos todos los años, por el presupuesto, y porque también queremos tener tiempo para descubrir Francia, ¡hay tantas regiones maravillosas !", declara su madre, para quien la organización del viaje no es tarea fácil. "Enviamos la ropa y los regalos por adelantado con un transportista. Luego, nos vamos en avión con solo una mochila". La familia ha optado por descubrir una ciudad marroquí en cada vacación. "Cada vez, visitamos una ciudad diferente : Agadir, Marrakech, Tánger... Descubrimos Marruecos", se alegra Manel.

A diferencia de Manel, Kawtar, otra joven de Rennes de 11 años, viaja regularmente a Marruecos para sus vacaciones. "Me gusta porque es largo, y está toda la familia de mi padre", indica. Durante el día, se refresca en la piscina de la residencia o en la playa, juega a juegos, y luego por la noche "sale a pasear" o "a ver los caballos". "En Marruecos, somos mucho más libres".

Pero el viaje a Marruecos requiere un presupuesto considerable. "Trabajo más para pagar las vacaciones porque Marruecos se ha vuelto muy caro. Pero allí, estamos en una urbanización con un guardián, es más seguro. Aquí, no quiero que mis adolescentes vaguen por la calle en verano. Es complicado mantenerlos ocupados si no nos vamos", explica su madre, Ibtissam. Este año, la familia aprovecha el viaje en coche. "Es más práctico, más barato. Y además lo aprovechamos : nos detenemos una semana en España para descubrir".

Estos regresos al bled son a menudo la oportunidad para que estos MRE hablen su dialecto. "Mi padre nos lleva a Marruecos para que hablemos mejor árabe. Por la noche, vamos a mi habitación con mis primas, vemos películas. Las ponemos en árabe y yo pongo los subtítulos en francés. Me doy cuenta de que estoy progresando", cuenta Manel. "En la residencia, hablo sobre todo francés con los otros niños, porque hay muchos franceses. Pero con mis abuelos, aunque hablen francés, usamos el árabe", confirma Kawtar.