Escándalo inmobiliario en Flandes : Cientos de inquilinos ocultan propiedades en el extranjero

Said
Escándalo inmobiliario en Flandes : Cientos de inquilinos ocultan propiedades en el extranjero

En Flandes, la guillotina ha caído sobre cerca de 500 inquilinos de viviendas sociales, entre ellos marroquíes, que en el transcurso de tres años fueron desenmascarados como propietarios de bienes inmobiliarios en el extranjero. Esta cifra representa más de la mitad de los casos controlados y pone de manifiesto un sistema fraudulento con ramificaciones internacionales.

La provincia de Limburgo, fronteriza con Países Bajos y Alemania, se lleva la palma con 309 casos de fraude detectados. Un triste récord que pone de relieve la magnitud del problema y la urgencia de medidas correctivas, constata la prensa belga.

Desde marzo de 2021, el gobierno flamenco ha decidido tomar el toro por los cuernos lanzando una amplia operación de control en colaboración con una empresa especializada. En total, se han realizado 941 investigaciones, lo que ha dado lugar al descubrimiento de 482 casos de fraude comprobada, es decir, una tasa alarmante del 51,2%. En Marruecos, por ejemplo, se ha desenmascarado a 157 personas.

Ante esta situación, las autoridades flamencas tienen previsto mantener la presión. Los defraudadores se exponen a duras sanciones, que van desde el reembolso de los alquileres indebidamente percibidos hasta el desalojo puro y simple de su vivienda social.

"Es esencial restablecer la equidad y garantizar que las viviendas sociales se asignen a quienes realmente lo necesitan", subraya el ministro flamenco de Vivienda, Matthias Diependaele (N-VA). "Por eso estamos decididos a perseguir a los defraudadores y sancionarlos severamente".

Si cada caso es único, algunos ejemplos sorprenden por su audacia. En Turquía, se descubrió que un inquilino de vivienda social poseía un terreno y una casa valorados en 396.000 euros. Otro se vio obligado a reembolsar la suma de 60.929,63 euros por la compra de un bien inmobiliario en el extranjero realizada diez años antes.

En total, ya se han reclamado 2,7 millones de euros en reducciones sociales, es decir, un promedio de 11.204 euros por expediente. Una cantidad considerable que, según las autoridades, refleja el perjuicio sufrido por la comunidad y que exige una mayor vigilancia.

Ante la ingeniosidad de los defraudadores, que no dudan en revender rápidamente sus bienes inmobiliarios para escapar a las sanciones, el gobierno flamenco ha decidido contraatacar. De ahora en adelante, las investigaciones se remontarán hasta dos años atrás, lo que permitirá desenmascarar los estratagemas más elaborados.

"No toleraremos ningún intento de desvío del sistema", subraya el ministro Diependaele. "Al intensificar nuestros esfuerzos y endurecer las sanciones, enviaremos un mensaje claro a todos aquellos que consideren cometer fraude : la justicia social no está a debate".